Expectativa vs Realidad
Por Absy Creations LLC
A veces me preguntan: si suelto la expectativa, ¿cómo sostengo la motivación? Yo respondo: la motivación que depende del resultado es frágil; la que nace del sentido es inagotable. Los aplausos son lindos, sí, pero no son brújula. Mi brújula es la coherencia: pensar, sentir y actuar hacia el mismo norte interior.
La expectativa suele disfrazarse de perfeccionismo. Ese “empiezo cuando todo esté bajo control” es una trampa. La vida solo se revela cuando la habitás. Empezar imperfecto es un acto de amor propio: la realidad se encarga de pulirte.
No hablo de conformismo. Soltar expectativas es aprender a distinguir cuándo insistir y cuándo soltar. Mi oración es simple: “Muéstrame dónde poner el corazón y dónde retirarlo sin rencor”.
Descubrí que la expectativa es como una ventana empañada: solo muestra ilusiones. La realidad es abrirla, dejar que entre el aire frío y verdadero. Duele, pero libera.
Aprendí en tres escenas:
En el amor: no es contrato, es libertad.
En el trabajo: no es ecuación, es propósito.
En mí misma: no es armadura, es honestidad.
La expectativa puede ser brújula o jaula. Lo sabés porque tu paz depende de que algo ocurra como lo imaginaste. Y nadie vive mucho tiempo respirando aire prestado.
Yo sigo aprendiendo. Todos los días converso con mis expectativas y elijo, la mayoría de las veces, el misterio de la realidad. Porque al final, la vida no vino a cumplir mis guiones: vino a invitarme a escribirlos con ella.